miércoles, 16 de diciembre de 2015

CARTA DE LA SEMANA: Esther y Greta


Esther y Greta




Esther se sumó a la sección Carta de la Semana y quiso compartir con nosotros la historia de su pequeña. Estas son sus palabras para Greta:



"No es nada fácil expresar con palabras en dolor que te invade y la desgarradora sensación de vacío que experimentas cuando pierdes a un ser tan querido. Nuestra pequeña Greta se fue un domingo, el fatídico 6 de mayo de 2012, a las 17:15 h. Tuvimos que tomar la terrible decisión de dejarla marchar para siempre tras 4 meses de lucha contra el cáncer linfático que padecía. La maldita enfermedad estaba muy extendida y llevó a la pequeña a un estado terminal, con los ganglios infartados y afectación neuronal, poco más pudimos hacer por ella más que acompañarla hasta su último suspiro.
Greta era una preciosa hembrita de bulldog francés víctima de las modas de raza y de la cría indiscriminada en ese sentido. Llegó a nosotros por casualidad, cuando por fin tomamos la decisión de acoger y vimos la difusión de su caso; el criador no la quería porque no era productiva. Era pequeña y frágil, había pasado sus 4 años de vida en una jaula sin conocer mundo, pariendo celo tras celo, lo que denotaban sus mamas y las cicatrices de las numerosas cesáreas a las que había sido sometida. Nadie se preocupó por averiguar por qué adelgazaba por momentos y el origen de los valores extraños de sus analíticas.
Llegó a casa la mañana de un viernes invernal; la recibieron Daniel y Ludo, nuestro infatigable compañero y su fiel protector, que tanto sufrió su pérdida. Enseguida nos dimos cuenta de que algo no marchaba bien y comenzaron las pruebas y los tratamientos, pero el cáncer estaba muy avanzado. Sin una esperanza de vida alentadora, sólo quedó la medicación paliativa y darle todo aquello que no había tenido y merecía, mostrarle el mundo que no conocía y hacer que se sintiera comprendida, atendida, arropada y feliz. Pasamos tan sólo 4 meses juntos. 4 intensos meses de lucha infatigable en los que nunca te quejaste y, pese a los días más duros en los que estuvimos a punto de tirar la toalla, quiero pensar que fuiste muy feliz.
Cuando se va un ser tan vulnerable, tan especial, tan agradecido y tan sumamente entregado, que deposita toda su confianza en ti, no podemos evitar hacernos mil preguntas: ¿pudimos hacer más o hicimos lo suficiente?, ¿tomamos la decisión correcta?, ¿fue realmente feliz a nuestro lado? Ella se fue con todas las respuestas.
Aún siendo consciente del desenlace, es desgarrador tener que decir adiós a esos maravillosos seres de cuatro patas que dan sentido a una parte importantísima de nuestra vida, que tan sólo con su presencia llenan de alegría y de gozo nuestra existencia. 
El duelo no se va, siempre está contigo, pasa a formar parte de nuestra vida… Pero el tiempo pone tiritas y lo mitiga, haciendo que sólo recordemos los buenos momentos y lo afortunados que somos de haber compartido instantes irrepetibles, tan especiales y llenos de complicidad y entendimiento mutuo que nadie nos quitará, que son sólo nuestros.
Todos los años rememoramos tu pérdida y nunca, nunca jamás te olvidaremos, ni Ludo, ni Daniel ni yo. Fuiste un ejemplo de superación, de lucha ante la adversidad, de amor incondicional y de confianza plena; nos diste todo lo que pudiste y más.
Te queremos, pequeña Greta. Allá donde estés, siempre estarás en nuestros corazones."



La muerte nunca llega en momento oportuno. Sin embargo a veces puede representar una alternativa a una dolorosa y lenta agonía. Y puede hacer que en vez de un tormento, la transición sea tranquila y llena de amor. A pesar de esto, la anticipación a una pérdida previsible dado el estado de Greta, no hace que el dolor y la pena sean menores tras su muerte. Es un error pensar que por saber que el final está cerca, la tristeza que se experimenta antes disminuye la pena que queda para después. 

No importa el si el tiempo compartido fue largo o corto, sino los lazos que se crearon con ese ser que significó tanto y que dejó una gran huella en el corazón. 

Nadie sabe exactamente en qué medida los perros y gatos entienden nuestras palabras, pero desde luego sí perciben las emociones que las acompañan. 

Probablemente necesitemos tanto como ellos estar cerca en los últimos momentos. Ofrecerles nuestras caricias y decirles cuánto les hemos querido puede hacer que el entorno sea de calma y confort y que el animal emprenda el viaje en paz, sin miedo, porque hemos sostenido sus patas hasta el final. 

Lamentablemente las incertidumbres que rodean a la muerte son universales y no hay respuestas rápidas o fáciles. A veces nuestra mente nos engaña y nos enreda en una falsa percepción de la realidad, en un círculo de "y si hubiera hecho esto?, y si hubiera hecho aquello?". Los budistas mantienen que tenemos que cultivar la sabiduría a través de la meditación para trascenderlos de sus engaños. Nosotros creemos que sólo el tiempo y la reflexión nos revelan la verdad que reside en nuestro corazón. En el fondo del corazón sabemos que hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano, que intentamos todo y que dimos todo lo que teníamos para ofrecer. 

Inspirados en la historia de Esther y Greta hemos escrito esta pequeña poesía sobre el tiempo: 

"Dicen del tiempo que es un sabio curandero, 
que no hay mal que le resista 100 años.
Dicen del tiempo que es amante del orden 
y que suele ponerlo todo en su lugar.
Dicen del tiempo que tiene mano muy larga,
que roba discretamente más de lo que estás dispuesto a dar. 
Dicen del tiempo que se confabuló con la sabiduría 
para ocultar las respuestas 
que el universo no supo contestar."
Napoelón RoCa

Y esta ya no es nuestra pero nos pareció apropiada incluirla también:
"Recordar es la única manera de detener el tiempo”

Jaroslav Seifert

Muchas Gracias Esther! Gracias por compartir esta conmovedora historia con nosotros. Gracias por darle a Greta una oportunidad, por esos 4 meses de amor y por ofrecerle todo vuestro apoyo en los últimos suspiros. 





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